A.le Coq es el mayor y más antiguo fabricante de cerveza de Estonia, con una historia que se remonta a 1800. La empresa que conocemos hoy ha tenido un camino accidentado: ha sobrevivido a las dos guerras mundiales y a dos de los regímenes más infames de la historia. Originalmente, la empresa era una fusión de tres entidades distintas: BJ Hesse's Brewery, Tivoli y A.Le Coq. En 1912, estas tres empresas se fusionaron para convertirse en A.Le Coq y, ese mismo año, se le concedió el título de proveedor oficial de la corte del emperador ruso.

Desde 1912 hasta la actualidad (2022), Estonia estuvo sometida al régimen nazi de Hitler y a la Unión Soviética de José Stalin. Estonia formó parte de la URSS hasta 1991, cuando el régimen reconoció oficialmente su independencia. A partir de ese momento, las empresas privadas volvieron a prosperar. Desde el comienzo de la Primera Guerra Mundial hasta esta época, la empresa A. Le Coq había sido nacionalizada y subordinada en múltiples ocasiones. Fue en 1995 cuando la empresa volvió a privatizarse y recuperó su nombre original. En 2002, A. Le Coq se convirtió en el principal productor de bebidas de Estonia. Su cartera ha crecido hasta incluir muchos productos diferentes, como bebidas energéticas, sidra, cerveza de maíz, sirope y muchos más.

No es de extrañar que la marca favorita de Estonia sea también la más disponible. En las tiendas encontrará una amplia selección de productos de A. Le Coq, algunos de los cuales son:

1. A. Le Coq Premium

2. A. Le Coq Premium Nippel

3. A. Le Coq Premium Select

4. A. Le Coq 1

5. A. Le Coq Pilsner

6. A. Le Coq Especial

7. Alexander

8. Alexander Premium

9. Hoggy's

10. Fizz

La cerveza en sí es muy inofensiva, casi plácida. Tiene un color pajizo muy pálido y una espuma muy pequeña. Los aromas también son bastante neutros y sólo se perciben unos pocos. Al oler la cerveza se perciben lúpulos herbáceos, heno y un ligero dulzor. La neutralidad se traslada también al sabor; la cerveza es ligeramente acuosa, lo que la hace muy fácil de beber, con ligeros toques dulces y un ligero regusto amargo. Todo ello acompañado de una carbonatación muy ligera y una sensación en boca posteriormente suave.

Una cerveza a granel bastante estándar para la mayoría de los estándares, pero eso no significa que sea una mala cerveza ni mucho menos. Es perfectamente aceptable y sin duda cae bien en un día caluroso. Si estás en Tallin o en Estonia en general, te recomiendo que la pruebes. Como se suele decir, cuando se está en Roma.

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Más información en el sitio web de A. Le Coq aquí.

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